Para fortalecer y preservar las tradiciones de nuestro pueblo, cada año se lleva a cabo el tradicional concurso de altares de muerto, participando instituciones educativas, asociaciones civiles, grupos juveniles y personas en general.
El evento es en el jardín principal, dándose cita gran número de personas que acuden a apreciar cada uno de los altares que han sido montados y dedicados a un personaje propio del lugar.
Desde tiempos inmemoriales los primeros habitantes de la Sierra Gorda, honraban de una manera especial a sus muertos, al enterrarlos les depositaban objetos y elementos esenciales de la vida cotidiana, que les ayudarían en el largo y difícil camino de la muerte.
Posteriormente cuando se hace la conquista espiritual, se da el principio del sincretismo en las ofrendas, se mezcla la cosmovisión indígena con la europea traída por los españoles.
Paralelas a los ceremoniales en las iglesias fueron realizándose ofrendas en los hogares, en los cementerios, comunidades, a manera de ofrenda personal, familiar o colectiva.
El altar de muertos, es como el puente que une a los vivos con los muertos. Aún
en Victoria, se sigue manteniendo la costumbre de poner altares con
ofrendas a nuestros ancestros, cada rincón de los hogares se llena luz y
color, de aroma de flor de cempasúchil y copal.
El día de muertos en
la Sierra Gorda, es rezo del santo rosario, música, camarín y velación,
el poeta con su palabra entreteje la vida y la muerte. Nosotros los
vivos sigamos con la tradición, honremos y celebremos a los que se nos
adelantaron que tarde que temprano los alcanzaremos.
Cronista de Victoria, Gto.
Prof. J. Santiago Álvarez Rocha