Este evento se realiza al final de Semana Santa.
Los participantes son personas que han participado en la Judea, durante la Semana Santa, deben portar la máscara que ellos mismos han confeccionado con materiales de la región como son madera de colorín, ixtle y cuero curtido de res, además deben hacer movimientos o bailes propios del robeno, los cuales son ejecutados al ritmo del tambor y la corneta.
Según testimonios de personas que participan en la Judea de Semana Santa, comentan que anteriormente solo salían 7 robenos, representando los siete pecados capitales: lujuria, ira, soberbia, envidia, avaricia, pereza y gula.
Dentro de los robenos, el más distinguido es el judas, quien en el Miércoles Santo se encarna en él la avaricia (codicia), siendo un pecado de exceso, despertando en su persona el deseo de poseer bienes materiales y riquezas en forma irreflexiva.
Las personas que quieren salir de robenos deben buscar la madera de Colorín o palma, tallar el maguey para extraer el ixtle, la pintura, en fin todo lo necesario para elaborar la máscara y estar listos.
Con tus manos le das forma, al patol y al tronco de palma, poco a poco le vas dando rostro y figura antropomorfa, al sentimiento negativo del judas y al ponerte y portar la máscara le das vida, paso a paso, brinco a brinco al son del tambor y la corneta, inicias el recorrido con el tercer y quinto domingo de cuaresma, hay bullicio en las calles del pueblo de Victoria, ha empezado la Semana Santa, va el pícaro judas, con su típico baile y brincos que con particular vestimenta de negro con capa anaranjada y junto con él, va el mal, el clásico cuernudo, robeno con mecate en mano corre tras los chicos queriéndoles alcanzar, todo es algarabía, hay quien tras la puerta los mira, otros los saludan, todo es colorido, azul, rosa, morado, verde y bonetes plateados o dorados van los judíos, portando en manos pequeños palos de vistosos colores, todos van en busca de Jesús, para entregarlo a sus verdugos.
Cronista de Victoria, Gto.
Prof. J. Santiago Álvarez Rocha